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lunes, 9 de febrero de 2015

EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS



    Pum  -  pum…………pum  -  pum…………pum-pum, pum-pum, pum-pum…


     Rosi se quitó la mano del pecho y de un salto se levantó del sillón. El sonido de las llaves  interrumpió su descanso. La puerta se abrió, su mente se quedó en blanco y su cuerpo paralizado. Con gesto pálido y tembloroso se le quedó mirando.

- Hola cariño ¿qué haces?
- Hola Charly, eeeeh…- se quedó bloqueada
- Rosi ¿ocurre algo?¿Por qué no me contestas?¿qué haces aquí de pie en medio del salón? Anda, ábreme una cerveza que hoy he tenido un día de perros.- Se dejó caer en el sillón y cruzó las piernas mientras se encendía un cigarrillo.


     No dijo nada, se dio la vuelta y fue a buscar la cerveza. La comida ya estaba preparada, pero a Carlos a veces le apetecía fumarse un cigarro en el sillón antes del almuerzo, no era fácil adivinar sus intenciones, pero ella parecía haber aprendido a saber qué hacer en cada momento. Volvió con la cerveza, bien fría, y se sentó a su lado.

- Cariño, te he hecho una pregunta.
-Ah, eeeeeh sí Charly, pues… venía a encender la lámpara del rincón, supuse que estabas a punto de llegar y que te apetecería sentarte y descansar un poco antes de comer.
- Te he dicho muchas veces que supones demasiado, luego cometes errores y te lamentas, no supongas nada, esperas a que llegue y lo compruebas, y así no te equivocarás ¿pagarás tú la factura de la luz a fin de mes?
- Perdona Charly, no lo volveré a hacer ¿Cómo te ha ido en el trabajo?- Rosi le hacía a menudo esa pregunta, aunque su reacción siempre era una incógnita.
-¿pagarás tú la factura de la luz a fin de mes?- dijo subiendo un poco el tono.
- No, lo siento.
- Pues no ha ido mal, pero hemos tenido mucha tarea, vengo hecho polvo. Anda acércate más que te de un beso.


     Rosi le besó apasionadamente. A menudo trataba de pensar en aquél hombre del que se enamoró, le gustaba trasladarse a aquél entonces y reescribir la historia, tal y como ella la había imaginado entonces, pero nada había transcurrido como en sus sueños. De pronto notó cómo su cabeza era apartada por la robusta mano de Carlos.

- ¿Está preparado el almuerzo?
- Sí Charly, listo para servir, habrá que calentarlo un poco
- De acuerdo, pero no demasiado, es absurdo calentar mucho y luego tener que esperar a que se enfríe.


     Le sirvió la comida y fue a buscarle otra cerveza, con prisa de no tardar demasiado para servirse ella y acompañarle. Antes de darse la vuelta se sobresaltó con un golpe, era Carlos, había dado con el puño en la mesa y su plato se había ido al suelo.

- Joder, ¡Esta comida está fría!- gritó- ¿Es que no sabes la diferencia entre comida templada y comida helada? Esto no hay quien se lo coma, coño. ¡Llevo toda la mañana trabajando para que ahora me pongas esta mierda por delante!

Ella se quedó temblando, inmóvil por un instante. Luchando contra el movimiento que su cuerpo le marcaba por instinto consiguió llegar hasta donde él estaba. Hizo ademán de recoger el plato del suelo – Perdona Charly, yo lo recogeré, no volverá a ocu…

- ¡No recojas nada! – dijo pisándole la mano que se disponía a recoger la comida del suelo – Lo haces queriendo ¿verdad zorra?¿quieres joderme la vida? Pues ahora tú vas a probar esa mierda que pretendías darme.

Ella comenzó a llorar – No Charly por favor, Charly por favor- lloraba de espanto, sentía verdadero pavor. Carlos la agarró del pelo y le metió la cara en el plato que estaba en el suelo hecho añicos.

- Come zorra, no es más que lo que querías hacerme comer- ella estaba aterrorizada. Le levantó la cara, llena de cortes, y tirándole del pelo la obligó a llegar hasta la cocina de rodillas, dejando una estela de orina a su paso. Rosi trató de levantarse, momento en el que Carlos comenzó a propinarle golpes en todas las partes de su cuerpo, ella cayó al suelo y adoptando posición fetal se dispuso a aguantar el chaparrón. Parecía no terminar nunca, cerró los ojos, ya no sentía dolor…


     Eran las ocho de la mañana, una dulce voz le susurraba al oído – cariño, me voy a trabajar, te he dejado una taza de café preparada, tendrás que calentarla un poco – le dio un beso y se marchó. Rosi no abrió los ojos, esbozó una sonrisa mientras una sensación de felicidad recorría su cuerpo. Era Charly, el hombre de quien ella se enamoró. No podía explicar esa sensación, reconocía al hombre con el que ella siempre había soñado. Charly era un hombre cariñoso y dulce, siempre le hacía reír y solían hacer alguna actividad los fines de semana. Ayer mismo le sorprendió con dos entradas de teatro.

 - ¡Mamá! ¡Mamá! - Como cada tarde, Rosi recogía a su hija del colegio. Camila tenía 6 años y una carita de ángel capaz de enternecer el más recio de los semblantes.
- Hola mi amor, ¿qué tal el cole?
- Bien mamá. Hoy hemos pintado con témperas.
- Ya veo ya – dijo señalando las manchas de la camisa.
- La seño me ha dicho que lo hago muy bien. Le voy a decir a papá que me compre témperas para pintar en casa.
- Pero tendrás que tener cuidado mi amor, las témperas manchan mucho.
- Sí mamá. Te quiero.
- Yo también cielo.

     Rosi era feliz, sentía un continuo estado de bienestar, su paz se observaba en la perenne sonrisa que se adivinaba tras su rostro. Parecía estar en otro sitio. Al llegar a casa preparó el almuerzo para Camila, que apenas había terminado cuando se quedó dormida sobre un cojín que había en el sillón. Rosi la tomó en sus brazos y la llevó al cuarto, le quitó los zapatos y la dejó caer sobre la colcha suavemente. Luego encajó la puerta y se marchó.

     Se dispuso a preparar la comida y a esperar que Carlos llegara para comer con él. Al oír el coche se asomó por la ventana, era Charly, llegaba de trabajar. No quiso esperar y salió a recibirlo. Al salir al descansillo vislumbró la figura de Carlos al fondo, traía una sonrisa encantadora, el trayecto hasta encontrarse con él le pareció eterno, y su figura borrosa, encandilada por la luz de la puerta de la calle, cada vez se hacía más nítida. Al llegar a su altura pudo ver su cara:

- Hola cariño ¿cómo estás? El médico dice que te has recuperado, pronto estaremos en casa.





16 comentarios:

  1. Uffff, crudísimo. Es una realidad enorme, la has narrado de tal manera que parece vivirse. Muy bueno tu escrito, se me ha encogido el corazón.

    Muchos besos

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    1. Gracias Carmen, me alegra mucho que te guste! Un sludo

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  2. Y a cuántas y a cuántas mujeres no les pasa eso. Este relato que también has dibujado puede ocurrir y de hecho ocurre en muchas casas. Pero ojo, que hay hoy día hombres, que sino físicamente, mentalmente también son maltratados por mujeres. Pero el hombre en estos casos todavía lo tiene más difícil.

    Un abrazo Geus.

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    1. Pues sí Rafa, por desgracia es así, aunque se haya conseguido bajar el índice de muertes, pero una ya es demasiado, En esta sociedad del progreso, de la tecnología y de los derechos, parece no haber un problema de reconocimientos ni cantidades, pero evidentemente algo no termina de ir bien.

      Un abrazo

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  3. Relato fuerte en el que destaco lo que realmente debe ocurrir en la mente de la maltratada, ese continúo regreso a "este no mi Charly", aquél del que me enamoré. No darse cuenta. La segunda parte del relato me despista un poco, esa hija que no aparece para nada en la primera parte y el decir "pronto estaremos en casa" ¿Es que el escenario es distinto de la primera parte?

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  4. Hola Ximens. Cuando la mujer recibe la paliza que se describe en la primera parte, queda inconsciente. Es llevada al hospital, y la segunda parte de relato describe el sueño de Rosi. Está inmersa en un sueño de cómo habría imaginado ella su vida junto al hombre del que se enamoró. El contraluz de Carlos acercándose por la puerta en el sueño coincide con el contraluz que se producía en Carlos delante de la ventana de la habitación del hospital. Fue en ese justo momento cuando Rosi se despertó y Carlos le decía que pronto estarían en casa. Vuelta a empezar.

    Muchas gracias Ximens, es un honor que leas mis relatos.

    Un abrazo

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  5. Por fin parece que puedo comentar, estos días no me dejaba.. a veces pasa..

    Tus palabras.. algunas se clavan como cristales rotos sobre los que posas los pies... como los cristales del del alma de la protagonista...
    A veces las cosas pasan en un abrir y cerrar de ojos, y otras.. otras nosotros cerramos los ojos para ayudar a nuestra mente a resetear. De paso busca un bálsamo, y a veces lo encuentra en retocar y transformar la realidad...

    Muy bien hilvanado, palabras que hacen imaginar lo que ocurre e intuir cómo será ese (re)comenzar..

    Gracias

    Un abrazo de luz y gratitud Geus

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  6. Muchas gracias por este bonito comentario, es muy halagador.

    Un abrazo

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  7. Duro como dura es la vida para muchas mujeres. Bien está tu excelente texto en tanto sirve como denuncia de un grave problema que sigue aquejándonos.
    Un gran relato.

    Un saludo

    · LMA · & · CR ·

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  8. Gracias por tu visita y comentario tan positivo ñoco!

    Un saludo

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  9. Hola Geus, sabes este tu texto solo me hizo evocar Terapia Cognitiva que no son mas que estrategias psicológicas para que una persona afronte y resuelva su problema, en este caso la protagonista.
    Un beso grande
    Espero marcar mi presencia mas veces ;)

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  10. Hola Solaire, muchas gracias por tu comentario. Visita cuando puedas, siempre serás bienvenida.

    Un abrazo

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  11. Hola Geus... Perdona pero creo que se me paso comentarte esta entrada,!Uff! vaya tema, eso da no para una opinión, mas bien para una larga tesis o estudio psicológico.
    Yo tengo dos hijas y si alguna día esto les ocurriera no se ni como reaccionaria.. Creo que la mujer es la primera que ha de plantarse, con valor y con todas las consecuencias, no valen escusas de los hijos, o económicas, eso es intolerable...
    Bien como te decia el tema da para mucho... Un abrazo....

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  12. Hola Llorenç, pues la vedad es que sí, da para mucho. La sociedad ha avanzado y en este tema parece que algo no termina de funcionar, seguimos parecido a hace 40 años. Tienes razón, la mujer debe echarle valor, y bueno, ahí está el 016 que por lo visto no deja huella en la factura. Se hacen cosas pero queda mucho camino por recorrer.

    Un abrazo

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  13. Intenso
    Bello
    escrito
    Hay muchas mujeres que por miedo a vivir no viven
    Un abrazo inmenso

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  14. Hola Mucha, perdón por el retraso en contestar. Muchísimas gracias, alegra mucho que te guste y lo comentes aquí.

    Un abrazo

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